Tokyo & 2018

Aunque ya hace un mes de que regresé de Tokyo y que el 2018 comenzó,  quería compartir con ustedes mi experiencia en el país del sol naciente, como fue mi entrada a este nuevo año y como mi trabajo y el amor de mis seres queridos me han hecho levantarme de lo que fue este mes tan difícil.

Mis días en Tokyo fueron mágicos. Era una ciudad la cual desde niña siempre había querido visitar, y el tener la oportunidad de ir en Diciembre fue de lo mejor que me sucedió el año pasado. Tokyo es una ciudad increíblemente limpia y organizada, a pesar de ser una de las ciudades más pobladas del mundo. Su gente es amable, respetuosa y siempre con una enorme voluntad de ayudarte.

Si me preguntan qué lugar de Tokyo fue el que me gustó más, les mentiría en solo elegir uno. Cada lugar tiene su encanto. Harajuku por su moda, Akihabara por sus luces, Odaiba por el paisaje tan hermoso de la bahía, etc.

En fin, no me quería regresar de la ciudad de la cual me enamoré. Pero obvio, extrañaba más a mis seres queridos.

Cuando volví a casa, los primeros días fueron de enorme alegría. Les platiqué a todos de mis experiencias en Tokyo y de lo mucho que los extrañaba. Pero a los 4 días de haber regresado feliz, el 9o día del año, perdí algo muy importante y muy querido para mí.

Este primer mes del año no fue exactamente como pensé que sería, ha sido difícil. El tener que lidiar con la ausencia es horrible, sientes que algo te falta y que algo cambió radicalmente. Aunque ha sido un mes complicado, lo que me ha dado fuerzas para levantarme es el amor, el apoyo y la unión de mis seres queridos. Ellos me dan la energía y la motivación que necesito. Por último, pero no menos importante, mi pasión por lo que amo hacer, me hace levantarme cada día y seguir motivada para crecer como stylist. Quiero ser más creativa, tener nuevos retos, tener más proyectos!

En Tokyo, me obsequiaron un muñeco al cual le llaman “Daruma”. Según la tradición, este muñeco se le regala a una persona con el fin de que pueda cumplir un propósito. Se le colorea un ojo al momento de empezar y el otro hasta que la meta se cumpla. La forma del Daruma es redonda, lo que hace que por más que lo movamos siempre vuelve a su misma posición. Esto simboliza la perseverancia, el esfuerzo y la consecución del objetivo impuesto, y que por más que uno pueda caerse, puede volver a levantarse en la adversidad.

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No sé qué más tenga para mí el 2018, pero como bien dice un proverbio japonés “七転び八起き(nanakorobi yaoki) Si te caes 7 veces levántate ocho”.

– Liz

2 comentarios en “Tokyo & 2018

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